El orden es la base de demás valores, nos ayuda a disponer de más tiempo, a ser mas eficaces, a aumentar el rendimiento, y nos da a nosotros y a nuestros hijos: tranquilidad, confianza, seguridad y felicidad con menos esfuerzo. Nos evita disgustos y contratiempos. El orden se debe tener, no sólo en lo material, sino en horarios, en jerarquías y hasta en ideas.
Saber organizarse en la vida es algo que se aprende, empezando por organizar los juguetes o la ropa, por colocar cada cosa en su sitio, por tener limpieza y recoger algo que han tirado.
Para poder tener o conservar el orden es importante el dar un tiempo a planear y pensar. Para las cosas materiales, pensar el sitio más lógico donde debe ir el objeto o donde es más fácil regresarlo a su lugar, por ejemplo, las tijeras deben ir en el lugar que más las utilicemos.
Para el horario y otras cuestiones, también debemos de planear según nuestras circunstancias, por ejemplo edades de los hijos, personalidades, actividades, etc. y para eso es útil el establecer rutinas para la hora de: levantarse, acostarse, jugar, comer, etc.
Con este tipo de lógica, los niños responden a sus necesidades básicas con poco esfuerzo y con menos riesgo de olvido y la rutina les proporciona seguridad y a nosotros también se nos hará más fácil educar.