Parte fundamental de la comunicación, es el saber expresarnos prudente y sinceramente. Con nuestros hijos debemos tener cuidado, y sobretodo cuando se trata de corregirlos.

Algunas pautas:

– Mirar a nuestro interlocutor.

– Saber nuestros objetivos y prever posibles reacciones emocionales.

– Exponer mensajes directos y oportunos.

– Diferenciar entre datos objetivos e interpretaciones subjetivas.

– Exponer sincera y prudentemente sentimientos y necesidades.

– Evitar las etiqueta y generalizaciones excesivas. Evitar los “Siempre, todo, nunca o nada” Especialmente cuando es en negativo.

– Desechar los sarcasmos y las comparaciones negativas.

– Evitar sacar a relucir el pasado, cuando se corrige algo del presente.

– Evitar amenazar, moralizar o juzgar. El criticar a los demás, hace que los niños, se sientan inseguros, ya que piensan que a ellos también los van a criticar. La persona que critica, siempre piensa que es objeto de critica.

– Pedir a la persona que escucha, información de como ha entendido el mensaje.

– Saber ceder y conformarse.

– No decir cosas que cuesten olvidar y perdonar. Algunas cosas nunca deberían decirse. El temperamento nos puede meter en problemas y el orgullo nos puede mantener ahí. La ira hace que respondamos mal en un minuto, pero afectará el resto del tiempo, la relación de con esa persona, porque no sabrán cuando volveremos a enojarnos de esa manera.

 

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