Las alabanzas o elogios son juicios que una persona emite sobre otra y los reconocimientos son hechos concretos y objetivos que se reconocen. Ambas acciones educan positivamente, pero el reconocer, sobretodo, si son concretas, promueve la autoconfianza y autoestima sin que el niño necesite de los demás para sentirse valorado. Aunque el elogiar promueve una actitud positiva ante los retos, si se hace incorrecta o constantemente el hijo puede realizar las acciones sólo por complacer a los padres y buscar su aprobación.
Algunas estrategias para reconocer o elogiar:
– Evitar empezar con “Estoy orgulloso de ti…”, “Me gusta que…”, “He notado que…”, ”Estoy satisfecho con…”, “Me encanta que…”. Porque esto puede hacer que el niño realice acciones buenas sólo para complacer a los demás y no por convicción y que dependa de los demás para sentirse valorado.
– Reconocer la acción concreta o específicamente, como: “Fuiste paciente con tu hermano”, “Eres alegre”, “Gracias por recoger la basura”, “¿Cómo lo lograste?”, “Estas aprendiendo a pintar muy bien”, “Compartiste tus dulces con tu hermano”, “Ordenaste bien tu cuarto, colocaste la ropa donde va”, ”Pintaste muy bien los ojos en el dibujo” en lugar de que sean frases generales como: “Que bien lo hiciste” o “te quedo bonito”
– Se le puede decir algo agradable sobre lo que haya hecho, mostrándole que una buena actitud es fuente de sensaciones gratas. Cuando un hijo muestra un trabajo en el colegio es porque él cree que es maravilloso y busca los elogios para reforzar sus propios sentimientos. Está bien concedérselos, pero es su propia opinión lo que debe guiarle y no el juicio de sus padres.
– Ser sinceros, no ser condescendientes y no exagerar, porque se puede quedar el niño con la necesidad de ser evaluado sobre su trabajo constantemente.
– Elogiarlo cuando no se lo espere o cuando no ha realizado ninguna acción. De vez en cuando, se le puede elogiar una característica favorable, para demostrarle que no siempre tiene que hacer algo para merecer elogios.
– Se puede decir algo agradable sobre uno mismo para mostrar que la autoestima positiva es buena. Se le está diciendo con ello, que es posible sentirse bien con uno mismo sin buscar continuamente la aprobación de los demás.
– Se puede decir algo agradable sobre otras personas para mostrar que está bien tener buenos pensamientos hacia los demás aunque no estén presentes, y algo agradable sobre algo o alguien que también posea características que no nos gustan, para mostrar que la vida no es solo blanco y negro. Además ayuda a que no juzguen o critiquen a los demás, sino juzgar solamente las acciones.
– Se puede decir algo agradable sobre un objeto, puesta de sol, edificio, paisaje, etc. para mostrar que es bueno obtener satisfacción de las experiencias cotidianas.
Decir algo agradable, que no es necesariamente una alabanza, muestra que se tiene actitud positiva y comunica una visión positiva de la vida que se transmite los hijos.
Imagen: https://es.aleteia.org/cp1/2020/05/12/sabes-realmente-motivar-a-tu-hijo/