Cuando se conjuntan muchos factores como la genética, la edad, los factores individuales, socioculturales y familiares la persona se vuelve vulnerable a padecer trastornos alimentarios.

La personalidad tiene una base genética y se va modificando con experiencias, aprendizajes, influencias, etc. Algunos rasgos de la persona que la ponen en riesgo son:

– Dificultad para expresar emociones negativas (como enojo, tristeza o ansiedad)

– La baja autoestima que provoca una imagen del cuerpo negativa

– Rasgos o personalidad perfeccionista

– Personalidad obsesiva o rigidez en el orden y las reglas

– Rasgos depresivos

– Personas con ansiedad, impulsividad o que evitan el conflicto.

Las características individuales que hacen a la persona más susceptible son:

– La edad: la pubertad y adolescencia, son etapas de mayor riesgo, ya que existen cambios preocupación por el cuerpo y por ser igual al grupo, así como inestabilidad emocional y  mayor influencia de los compañeros. Cuando existe pubertad precoz, el riesgo es mayor.

– El sobrepeso y obesidad.

– Ciertas experiencias traumáticas pueden predisponer al desarrollo de trastorno, como son el abuso sexual, violencia, criticas, burlas, separaciones, etc.

Imagen: https://aleteianews.wordpress.com/2017/12/05/la-desconfianza-afectiva-pensar-mal-en-el-corazon/

 

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